Hoy en día le damos importancia a las emociones que nuestros hijos tienen o presentan o por lo menos ya es algo que debemos notar, una forma de mostrar que nosotros como padres estamos interesados en lo que les pasa a nuestros hijos, principalmente adolescentes y jóvenes.
Sin embargo, desde la perspectiva del adolescente o joven, no siempre es así, ellos se preocupan más por lo que a ti como papá pueda sucederte o como te pueda hacer sentir, esto generalmente lo llamamos "EMPATIA"
De esta manera marcamos algunos conflictos emocionales en ellos, causándoles verdaderos problemas, pero a sí mismos.
En varias ocasiones creemos que la forma en que comunicamos nuestro pensar, no va a cambiar la visión de nuestro hijo, sin embargo, ellos pueden darse cuenta de cómo te sientes y que te preocupa.
Algunos jóvenes, dejan a un lado lo que sienten, minimizan su sentir y sus conflictos por que son más importantes las problemáticas familiares, haciendo todo lo posible y que está en sus manos para aminorar las consecuencias familiares.
MI HIJO ADOLESCENTE
Todos nacemos con empatía, pero no es raro ver a un adolescente carecer de ella. La razón de esto no se debe a que realmente carezcan de empatía o que ya no la sientan, tampoco es que no tenga voluntad para participar en las cosas o que no se preocupen… En la mayoría de los casos ocurre porque el adolescente está pasando por un proceso de autodescubrimiento y en ocasiones no poseen la autoconfianza suficiente en ellos mismos como para involucrarse a otro nivel emocional con los demás.
Es complicado para el adolescente y joven comprenderse y saber cómo actuar ante la familia y la sociedad, debemos empezar por darle su espacio para descubrir lo que siente.
LA COMUNICACION CON SU HIJO ADOLESCENTE
Aquí tiene algunos consejos que le ayudarán a comunicarse con su hijo en edad adolescente:
Resérvese un tiempo durante el día o al anochecer para que escuchar a su hijo mientras le hable sobre sus actividades; asegúrese de que él sabe que a usted le interesa de verdad lo que él le explica y que lo escucha atentamente.
Recuerde que debe hablar con su hijo, no a su hijo.
Hágale preguntas que no se puedan contestar con un "sí" o un "no" para favorecer conversaciones más elaboradas.
Aproveche los ratos muertos que pasen juntos cuando vayan en el coche para hablar con su hijo.
Resérvese tiempo también para celebraciones escolares o deportivas, para jugar con su hijo y para hablar con él sobre temas de actualidad.
Demuéstrale que sus emociones son importantes y que te encuentras atento para ayudarle en lo que está pasando, que posiblemente uno como padre podemos orientarlos y darles algún consejo para afrontar esa problemática que él está pasando.
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