Todos hemos llegado a escuchar sobre la ANSIEDAD, el simple hecho de escuchar la palabra nos angustia, tenemos miedo, no sabemos tratarla, preferimos ahuyentarla, no verla y olvidarla, generalmente lo hacemos también con las personas que la sufren.
Tenemos la creencia de que es algo malo, de que es una enfermedad, a la cual es mejor no prestarle interés ni tiempo, si te encuentras ansioso, prefieres ocuparte, te ahogas en el trabajo, en los estudios, en terapia ocupacional, algo que te impida en ese momento pensar y estar en contacto con esa emoción.
QUE ES LA ANSIEDAD
Se conoce así al estado mental que se caracteriza por una gran inquietud y una extrema inseguridad.
Es un estado emocional ampliamente relacionado a la supervivencia y emociones como el miedo, la ira, la tristeza y la felicidad, es una reacción normal y saludable que se activa ante una amenaza o peligro.
La palabra ansiedad viene del latín anxietas, que se traduce como un estado de angustia o aflicción que puede sufrir una persona sin necesidad de existir un motivo para tener realmente preocupación o estrés.
En la actualidad uno de los causantes de que haya ansiedad entre la sociedad y que más personas la sufran, es la premura con la que vivimos, todo es de inmediato, estamos siempre contra reloj pensando en el futuro.
La ansiedad se da por el miedo que el ser humano tiene al futuro, y lo que le puede deparar, un miedo y rechazo a los cambios.
Vivir dependiendo del futuro puede traer graves problemas de trastornos, lo ideal sería enfocarse en el presente, el día a día.
SINTOMAS DE LA ANSIEDAD
Existen síntomas de diversos tipos cuando estamos en presencia de problemas de la ansiedad, dentro de éstos podemos destacar los siguientes:
Psicológicos: sensación de amenaza y peligro, agobio, inquietud, inseguridad en sí mismo y con los demás, temor a perder el control, recelos y aumento en las sospechas e incertidumbre.
Físicos: Sudoración, náuseas, vómitos, falta de aire, temblores, tensión, rigidez muscular y más graves como insomnio, trastornos de alimentación y disfunción sexual.
Cognitivos o Intelectuales: preocupación excesiva, expectativas negativas, sensación de confusión, dificultad de atención, concentración y memoria, abuso de prevención y sospecha, así como susceptible.
Sociales: Irritabilidad, dificultad para mantener conversaciones con las personas, bloqueos, temor excesivo a enfrentar posibles conflictos.
De Conducta: Rigidez, dificultad para actuar, impulsividad, alerta e hipervigilancia, movimientos torpes de manos y brazos, cambio de voz, tensión en las mandíbulas, y dudas.
Todas las personas podemos tener varios síntomas, y diferentes circunstancias que lo detonan, es una sensación temible, sin embargo, lo importante es afrontarla y descubrir que es lo que nos quiere decir.
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