Todo padre y madre lo que busca al criar a sus hijos, es que ellos aprendan a ser independientes, a que se valgan por si mismos
A que padre o madre no le ha pasado por la mente: ¿Qué pasará con mi hijo cuando yo no esté? ¿Qué será de el?
Es una reacción normal y esperada, por el vinculo que se crea en los primeros años de vida.
En este vinculo afectivo el apego ideal es el Seguro, dejando en la clasificación a otros tres Apegos inseguros (desorganizado, ansioso y evitativo)
La manera en que criamos a nuestros hijos en varias ocasiones tiene que ver en la forma en como nos relacionamos con nuestros padres, ellos serán el ejemplo para este vinculo de afecto que estamos creando.
Existen padres que pueden estar hiper vigilantes y ensimismados en sus hijos, algunos otros que tristemente solo se enfocan en su supervivencia, y muchos otros que saben estar presentes cuando se les necesita dejando que sus hijos abran sus alas y vuelen
Se genera el apego evitativo con este segundo tipo de padres, ocasionando en el niño una angustia al mostrarse distantes e incluso dando muestras de rechazo, sin atender las demandas emocionales del niño.
Se sienten inseguros ya que no saben si sus necesidades serán satisfechas o al solicitar la atención las consecuencias sean inesperadas y de molestia. Por lo que conforme van creciendo esconden sus sentimientos y están en constante ansiedad por si en algún momento dejan de quererlos.
Los niños con apego evitativo muestran en su comportamiento ciertas actitudes que permiten identificarlos. Algunas de estas expresiones son:
Se muestran aislados y tienden a no dar muchas expresiones de cariño.
Pueden ser hostiles con sus compañeros de clases o las personas que los rodean.
Los niños con apego evitativo son los que más aplican el bullying a sus compañeros.
Se sienten incómodos con el contacto físico, entiéndase como abrazos o besos.
Tienen rabietas con frecuencia.
Pueden mostrar una alta autoestima, que va de la mano de un sentimiento de que los demás son inferiores a ellos.
La forma de tratar y cambiar este apego evitativo por uno seguro y sano es con apoyo de un profesional para llegar lo más cercano posible a lo que desencadeno que el pequeño empezara a ocultar sus sentimientos, de esta manera afrontar la tristeza que les genera esa aprensión.
Otras de las cosas que se ven afectadas en la adolescencia y adultez es el miedo al rechazo o burla, dicha situación se puede tratar poco a poco induciendo al niño a situaciones donde encuentre la comodidad siendo vulnerable o la confianza con otras personas a su alrededor.
Conforme vamos creciendo el no sentirnos queridos, el miedo al abandono o rechazo va formando capa por capa una coraza ocasionando miedo al exterior y a la relacion con los demás.
Una forma de evitar llegar a estas emociones, sensaciones y sentimientos desde edades tempranas, es darle a nuestros hijos en varias ocasiones, muestras de afecto no importa si es solo un abrazo, un apretón de manos, 5 minutos de tiempo para estar juntos; muestras hay muchas, solo hay que darse la oportunidad de aceptar lo que sentimos y le queremos demostrar a nuestros hijos.
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