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EL POLLITO HUERFANO

Todo comenzó con una lamentable tragedia, nadie sabe que o quien comenzó el fuego de la granja pero saberlo tampoco cambiaria las cosas. Nada, cambiaria el hecho de que aquella noche el pobre pollito se quedo sin nada y sin nadie.

Todos estaban plácidamente dormidos en el gallinero, pero por más que el pollito lo intentaba, el sofocante calor del verano no le permitía dormir, veía a todos a su alrededor descansando sin ningún problema mientras el se movía de un lado a otro intentando conciliar el sueño sin ningún éxito.


Al no soportarlo más, decidió salir a escondidas buscando un lugar fresco donde reposar, llego a la orilla del rio de la granja y se dispuso a contemplar un rato las estrellas, antes de regresar con su familia, pero la comodidad del lugar y el sueño lo vencieron.


Hasta que un desagradable olor le despertó, a lo lejos solo se veían enormes nubes negras, y un odioso brillo rojizo que iluminaba el horizonte, se dirigió a la granja tan rápido como pudo, pero cuando por fin llego, la desgracia ya había sucedido, el fuego arrasó con todo.


El pobre pollito lloro y lloro, sin nadie en el mundo y sin ningún lugar a donde ir, tantas fueron sus lagrimas, que su llanto fue escuchado por el cielo, mismo que se abrió dejando pasar un enorme y potente destello de luz, de donde surgió una figura angelical.


A partir de ese momento el ser celestial se dispuso a buscar el mejor destino posible para el pobre huérfano. Haría una competencia y quien o quienes fuesen capaces de darle al pollito lo más valioso se quedarían con su tutela y además el cielo los colmaría de bendiciones.


El ángel fue hasta los rincones más alejados del mundo para entrevistar a los interesados en ofrecer algo de valor a su protegido.


Fue a la montaña en donde un águila le prometió enseñarle a volar como ninguno.

Fue al lago donde una trucha le ofreció enseñarle a nadar como nadie.

Fue a la selva en donde un leopardo aseguro enseñarle a ser el más veloz al correr.


Pero a pesar de todas estas ofertas, el ángel seguía sin nombrar un ganador, nadie le había ofrecido algo lo suficientemente valioso como para considerarlo por encima de los demás.


Al ver que nadie resultaba triunfador, varios animales analizaron las palabras del ángel e identificaron que la competencia era para quien o para quienes fueran capaces de darle al pollito la oferta de mayor valor.


Así que empezaron a reunirse en grupos de dos o tres animales para ofrecer múltiples enseñanzas a la ave huérfana, como por ejemplo tejer, saltar, trepar, esconderse, cazar y muchas cosas más, pero aún así no era suficiente.


Al percatarse de esto los animales, se reunieron en grupos aún más numerosos, con la intención de darle al pollito enseñanzas mucho más variadas y profundas.


La ambiciosa búsqueda de los animales, por ganarse el favor divino, llego a tal extremo que cien de los animales con habilidades más extraordinarias se presentaron frente al ángel, cada uno señalando aquellos aspectos en los que eran verdaderos maestros y que en conjunto representaban la mejor opción para el pollito.


Después de escucharlos por largo rato, el ángel se limito a agradecerles su interés y les aseguro que consideraría seriamente su propuesta, mientras la multitud de expertos iba saliendo del recinto donde habían tenido audiencia con el celestial, un perro callejero iba entrando.


No pudieron evitar mofarse de la osadía de can, al intentar conseguir algo que ni siquiera cien de ellos había logrado, el perro sin embrago no les presto atención y siguió su camino. mientras tanto los talentosos animales se preguntaban, que más podían hacer.



Tal vez deberían mejorar sus capacidades o buscar más miembros para educar correctamente al pollito, llevaban apenas unos cuantos minutos dialogando cuando se abrieron las puertas del recinto angelical, y de ahí salió el perro con el pollito a su lado, y un resplandeciente halo lo rodeaba, sin duda símbolo del favor divino que acababa de ganar.


Los cien animales entraron deprisa a cuestionar el juicio del ángel y le preguntaron por que había nombrado ganador a aquel chucho, cuyas hazañas y capacidades eran llanamente mediocres, a lo cual el ángel simplemente contesto:

-Aquel sabueso llego explicando que unos humanos le habían arrebatado la posibilidad de tener crías, por lo que lo único que ansiaba era alguien a quien poder llamar hijo y que lo llamase papá.


Esa respuesta desato los reclamos e inconformidades de todos los presentes, le recordaron al ángel las extraordinarias habilidades que cada uno de ellos poseía, aunadas al hecho de que siendo tantos de ellos , la protección, cuidado y enseñanzas que le podrían dar simplemente no tendrían paragón, con ello le reclamaron su absurda decisión, le exigieron una explicación y le demandaron una compensación por su injusta decisión.


El ángel con total compostura tan solo dijo unas palabras que aniquilaron cualquier duda en su juicio, que dejo a muchos callados y que dio una gran lección a otros tantos.


- La verdad atrás de mi decisión es tan simple, clara y real como el agua y es que un padre de verdad, vale mil veces más que una escuela con cien maestros.-

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